Con su medalla de plata, el marchista ecuatoriano Jefferson Pérez vuelve a la gloria olímpica después de 12 años de mucho trabajo y gracias al corazón de su pueblo
Todavía adolorido por el esfuerzo realizado habló con BBC Mundo.
"Aquí se terminó una carrera deportiva bastante interesante. Una carrera deportiva que me permitió obtener diferentes tipos de títulos, pero el título más lindo que obtuve es tener miles de amigos", dijo con humildad.
Terminó la carrera detrás del ruso Valery Borchin, con un tiempo de 1:19:15, el mejor de esta temporada para el ecuatoriano. Pero cabe destacar que este año no ha participado en muchas competencias. Se dedicó más que todo a entrenar ante su despedida.
En Pekín, Pérez se mantuvo junto al resto del pelotón hasta los 16 kilómetros, cuando se fue a la delantera muy pegado a Borchim, pero al llegar a los 18 el ruso le sacó una ventaja importante que el ecuatoriano no pudo remontar.
"Segundo es segundo, esperemos en todo caso que mi amigo ruso pueda también ganar títulos mundiales y pueda hacer una carrera tan larga como la mía. Le deseo mucha suerte", dijo Pérez dando una muestra más de que es una gran persona además de un excelente atleta.
Corazones contra la escuela rusa
En relación a su rival, Jefferson Pérez señaló que el ruso cuenta con mucho apoyo, pero aseguró que él tiene mucho más por lo que sentirse orgulloso.
"Esta es la tercera generación de rusos a la que me enfrento. En doce años han venidos tres generaciones de rusos y yo sigo todavía de pie", expresó golpeándose el pecho. "Entonces estoy contento".
Segundo es segundo, esperemos en todo caso que mi amigo ruso pueda también ganar títulos mundiales y pueda hacer una carrera tan larga como la mía. Le deseo mucha suerte
Jefferson Pérez
"Subirse al podio no es fácil, al contrario, es bastante difícil y volver a hacerlo después de doce años es interesante. Y además enfrentarse a un atleta que no es uno, es toda una escuela, que tiene un promedio diez millones de dólares anuales para sus programas, una generación de muchísimos marchitas", explicó antes de confesar cuál es su arma secreta.
"Es interesante poder enfrentarse y decir: ¡hey! Yo no tengo tanto presupuesto. Mi presupuesto es trece millones de corazones de ecuatorianos. Poder decir yo no tengo tanta generación deportiva, pero estoy aquí".
Agradeció a sus patrocinadores, a las organizaciones deportivas que desde siempre ha estado con él, a su equipo y a su pueblo.
"Quiero decir a todos los ecuatorianos que los amo, los amo muchísimo".
Sin embargo, espera con ansia una generación de relevo.
"Qué pena que todavía no haya otro ecuatoriano que lo haya logrado también, esperemos que pueda hacerlo pronto", dijo el ecuatoriano.
Su compatriota y compañero de entrenamiento, Rolando Saquipai, terminó en el puesto número 20, pero la hermandad entre ellos es grande y le permitió celebrar con Pérez
"La competencia estuvo muy fuerte, pero al final estoy muy contento con la medalla de Jefferson, es un resultado muy grande para el país. Le pusimos todo el corazón posible, toda la fuerza posible y bueno, así son las cosas", dijo Saquipai a los micrófonos de BBC Mundo.
Orgullo nacional
A pesar de que su gente apostaba al oro, el triunfo de Pérez es motivo de orgullo para Ecuador. Pero el marchista espera que la gente de su país no solo celebre, sino que comprenda la trascendencia de su logro.
"Debemos entender que una medalla olímpica no es un partido de fin de semana, es bastante difícil y gracias a Dios que me dio el talento para hacer esto".
De esta forma el más grande atleta de Ecuador pone fin a una prolífica y larga carrera deportiva. Se retira con un oro en Atlanta 1996 -el único para su país- además de tres Campeonatos Mundiales de Atletismo y otros muchos títulos.
Todavía adolorido por el esfuerzo realizado habló con BBC Mundo.
"Aquí se terminó una carrera deportiva bastante interesante. Una carrera deportiva que me permitió obtener diferentes tipos de títulos, pero el título más lindo que obtuve es tener miles de amigos", dijo con humildad.
Terminó la carrera detrás del ruso Valery Borchin, con un tiempo de 1:19:15, el mejor de esta temporada para el ecuatoriano. Pero cabe destacar que este año no ha participado en muchas competencias. Se dedicó más que todo a entrenar ante su despedida.
En Pekín, Pérez se mantuvo junto al resto del pelotón hasta los 16 kilómetros, cuando se fue a la delantera muy pegado a Borchim, pero al llegar a los 18 el ruso le sacó una ventaja importante que el ecuatoriano no pudo remontar.
"Segundo es segundo, esperemos en todo caso que mi amigo ruso pueda también ganar títulos mundiales y pueda hacer una carrera tan larga como la mía. Le deseo mucha suerte", dijo Pérez dando una muestra más de que es una gran persona además de un excelente atleta.
Corazones contra la escuela rusa
En relación a su rival, Jefferson Pérez señaló que el ruso cuenta con mucho apoyo, pero aseguró que él tiene mucho más por lo que sentirse orgulloso.
"Esta es la tercera generación de rusos a la que me enfrento. En doce años han venidos tres generaciones de rusos y yo sigo todavía de pie", expresó golpeándose el pecho. "Entonces estoy contento".
Segundo es segundo, esperemos en todo caso que mi amigo ruso pueda también ganar títulos mundiales y pueda hacer una carrera tan larga como la mía. Le deseo mucha suerte
Jefferson Pérez
"Subirse al podio no es fácil, al contrario, es bastante difícil y volver a hacerlo después de doce años es interesante. Y además enfrentarse a un atleta que no es uno, es toda una escuela, que tiene un promedio diez millones de dólares anuales para sus programas, una generación de muchísimos marchitas", explicó antes de confesar cuál es su arma secreta.
"Es interesante poder enfrentarse y decir: ¡hey! Yo no tengo tanto presupuesto. Mi presupuesto es trece millones de corazones de ecuatorianos. Poder decir yo no tengo tanta generación deportiva, pero estoy aquí".
Agradeció a sus patrocinadores, a las organizaciones deportivas que desde siempre ha estado con él, a su equipo y a su pueblo.
"Quiero decir a todos los ecuatorianos que los amo, los amo muchísimo".
Sin embargo, espera con ansia una generación de relevo.
"Qué pena que todavía no haya otro ecuatoriano que lo haya logrado también, esperemos que pueda hacerlo pronto", dijo el ecuatoriano.
Su compatriota y compañero de entrenamiento, Rolando Saquipai, terminó en el puesto número 20, pero la hermandad entre ellos es grande y le permitió celebrar con Pérez
"La competencia estuvo muy fuerte, pero al final estoy muy contento con la medalla de Jefferson, es un resultado muy grande para el país. Le pusimos todo el corazón posible, toda la fuerza posible y bueno, así son las cosas", dijo Saquipai a los micrófonos de BBC Mundo.
Orgullo nacional
A pesar de que su gente apostaba al oro, el triunfo de Pérez es motivo de orgullo para Ecuador. Pero el marchista espera que la gente de su país no solo celebre, sino que comprenda la trascendencia de su logro.
"Debemos entender que una medalla olímpica no es un partido de fin de semana, es bastante difícil y gracias a Dios que me dio el talento para hacer esto".
"Pero tuve que esperar doce años. No, perdón, tuve que trabajar doce años. Miles de kilómetros, miles de horas para poder obtener mi segunda medalla olímpica. Y la vida es así, tienes que trabajar miles de horas, vas a tener muchas caídas, muchas cosas buenas, pero al final tu sueño se cumplirá, pero con mucho trabajo", explicó el atleta.
"A los niños de mi país les digo que disfruten cada una de las etapas de su vida, que jueguen y que cuando crezcan asuman la responsabilidad que les corresponde. Espero que entiendan que patriotismo no es ponerse una camiseta de cierto partido político. El patriotismo es siempre dejar el honor de tu país en lo más alto", concluyó Pérez antes de marcharse a un merecido descanso.
"A los niños de mi país les digo que disfruten cada una de las etapas de su vida, que jueguen y que cuando crezcan asuman la responsabilidad que les corresponde. Espero que entiendan que patriotismo no es ponerse una camiseta de cierto partido político. El patriotismo es siempre dejar el honor de tu país en lo más alto", concluyó Pérez antes de marcharse a un merecido descanso.
Faltó un poquito
El colombiano Luis Fernando López también participó en la marcha de los 20 kilómetros. Terminó entre los diez primeros, en la novena casilla.
Todavía recobrando el aliento nos dijo que el resultado le deja un sabor agridulce.
"Tal vez esperaba más, pero un noveno puesto no es malo para nuestro país. Las cosas salieron así, pero hay que agradecerle a dios. El resultado es muy bueno para el país", señaló.
"Pero en lo personal creo que la vida de un deportista es muy corta como para conformarse con un noveno puesto en unos Juegos Olímpicos. Ahora queda empezar la cuenta regresiva hacia Londres e intentarlo de nuevo".
López también nos dio un balance de este resultado para la región.
"Para los atletas latinoamericanos fue satisfactorio en general, pero creo que a todos nos faltó un poquito", aseguró.
Y si que faltó un poco. El mexicano Éder Sánchez, otra fuerte carta latinoamericana en la prueba, enfrentó algunos problemas físicos y tuvo que conformarse con un décimo quinto lugar.
"Al principio me sentí muy bien, pero luego empecé a decaer por problemas intestinales por allá por el kilómetro 12, y ya no pude recuperar", le dijo a BBC Mundo. Simplemente no pude. Ahora queda prepararme para los próximos Juegos", añadió.
Sin embargo, Sánchez alabó la medalla de plata alcanzada por el marchista ecuatoriano.
"Es algo muy bueno que se vea que América Latina sigue en pie ahí, en la marcha. Todos quieren el oro, pero es bueno obtener una medalla olímpica no importa cuál sea", aseguró.
Todavía recobrando el aliento nos dijo que el resultado le deja un sabor agridulce.
"Tal vez esperaba más, pero un noveno puesto no es malo para nuestro país. Las cosas salieron así, pero hay que agradecerle a dios. El resultado es muy bueno para el país", señaló.
"Pero en lo personal creo que la vida de un deportista es muy corta como para conformarse con un noveno puesto en unos Juegos Olímpicos. Ahora queda empezar la cuenta regresiva hacia Londres e intentarlo de nuevo".
López también nos dio un balance de este resultado para la región.
"Para los atletas latinoamericanos fue satisfactorio en general, pero creo que a todos nos faltó un poquito", aseguró.
Y si que faltó un poco. El mexicano Éder Sánchez, otra fuerte carta latinoamericana en la prueba, enfrentó algunos problemas físicos y tuvo que conformarse con un décimo quinto lugar.
"Al principio me sentí muy bien, pero luego empecé a decaer por problemas intestinales por allá por el kilómetro 12, y ya no pude recuperar", le dijo a BBC Mundo. Simplemente no pude. Ahora queda prepararme para los próximos Juegos", añadió.
Sin embargo, Sánchez alabó la medalla de plata alcanzada por el marchista ecuatoriano.
"Es algo muy bueno que se vea que América Latina sigue en pie ahí, en la marcha. Todos quieren el oro, pero es bueno obtener una medalla olímpica no importa cuál sea", aseguró.